martes, 29 de julio de 2008

TERMINÓ EL RECORRIDO

Llegó a su final la aventura en este 2008 para la novena naranja. La embarcación que sufrió parchaduras, modificaciones, cambio de timonel, desventuras y tardes llenas de gloria y récords, ha llegado al término de su odisea. Después de ver extinguirse a los días que contaban la temporada regular en este 2008, muchos cuestionamientos pueden surgir, muchas dudas aparecerán, muchas sugerencias pueden venir, y todas estas situaciones son válidas por parte de los aficionados y deben ser respetadas por la organización, después de todo, el público se mantuvo fiel a la causa vaquera hasta el final. Y no bromeamos cuando decimos que “hasta el final”, ya que el estadio Revolución registró afluencia de fanáticos aún en los juegos de sábado y domingo, donde Vaqueros no tenía ya nada qué pelear.
Hay muchas cosas para cuestionar, sobre todo en el renglón de las contrataciones de foráneos. Dionys César y Yoel Hernández respondieron con creces; el “alebrije” siendo líder del equipo en anotadas y producidas, así como en bases robadas, y el venezolano con 21 salvamentos en la campaña, aunque muchos le culpan de la descalificación por su infortunada aparición en el primero de la serie contra los Dorados, pero es el trabajo del cerrador el tratar de mantener la nave cuando menos favorable pinta el panorama. Sólo que ahora a Yoel le tocó dejar ir no sólo un juego, sino toda una temporada.
De Raúl Gonzáles, Andy Van Hekken y Jan Carlos Granado, habrá opiniones divididas; algunos aficionados estuvieron más que de acuerdo con su partida, aunque en ocasiones el refuerzo que llegó a sustituirle, no rindió ni la mitad. Resalta el caso del “Gonzo”, a quien dieron de baja y ni Melvin Nieves ni Rubén Mateo resultaron siquiera en la mitad de lo que aportaba el ex Mets de Nueva York. Los importados debían venir para ser solución, pero sólo agrandaron los problemas de un equipo que se fue a pique durante la segunda mitad de la temporada, donde paradójicamente, el equipo logró sus mayores méritos, hablamos de los récords impuestos, de los que escribiremos en otra ocasión.El mayor orgullo de este equipo deben ser los jóvenes. Ramírez, Barragán, Morán, Ramos, José Castañeda, todos poniendo el corazón por delante a la hora de jugar, y, lo más importante, con calidad para estar jugando regularmente, hay que ver que estos elementos tuvieron que suplir a los denominados “estrellas” en una etapa de la temporada donde el equipo estaba siempre remando contra corriente. Se puso fin al sueño de este 2008, cosas se quedaron pendientes y la deuda con la afición se engorda, pero seguramente el sacrificio será recompensado.

miércoles, 23 de julio de 2008

CONTRA LA CORRIENTE

Ganar cinco juegos de seis que quedan por jugarse… a primera vista parece una empresa demasiado complicada, que conlleva un amplio margen de improbabilidad, que hace que la cuesta parezca más inclinada, que hasta desanima a algunos. Ese panorama es el que enfrenta el equipo naranja hasta el martes, cuando restan seis cotejos en el calendario regular de la temporada 2008 de Liga Mexicana. Vaqueros lucha por alcanzar en el standing global a los Dorados de Chihuahua, quienes le llevan una ventaja de 5 juegos a los de la comarca lagunera. La novena dirigida por “Paquín” Estrada ostenta récord de 52 y 49 en ganados y perdidos, mientras los del “Chivigón” Castañeda exhiben guarismos de 48 y 55; reitero, contando hasta el martes 22.
La suerte no jugó del lado naranja durante la serie de fin de semana en la capital del “estado grande”, la lluvia impidió el cotejo del domingo y el lunes se tuvo que suspender el partido otra vez por razones climatológicas. En esa serie los naranjas dejaron a un gran número de corredores en los senderos, y más aún, en posición de anotar. Sobre todo para resaltar durante el juego del lunes, donde durante 5 innings consecutivos, Vaqueros no aprovechó a los hombres colocados en situación anotadora; se maximiza el hecho al ver que, transcurrido el tiempo, con que sólo hubiese llegado una anotación, habrían ganado el partido, ya que al suspenderse en la sexta tanda, el juego era legal y la victoria habría sido adjudicada para los laguneros.
Ciertamente la suerte no es la que hace que lleguen las carreras, sino los batazos oportunos, esos que son la punta de lanza en un ataque ofensivo de beisbol, como el grand slam del “peque” Valdez en el juego del sábado. Aunque los palos oportunos, no tienen necesariamente que terminar detrás de la barda, basta con que pongan la bola en juego. Y el lunes Vaqueros sí puso la bola en juego, aunque no con la suficiente profundidad para librar el escrutinio de los umpires, quienes por lo menos en dos ocasiones en ese juego de seis entradas, decidieron favorecer a la tropa “Villista” en jugadas apretadas que bien podrían haber sido marcadas para el lado contrario.
Aunque en esta temporada, y ya desde años atrás, los jueces del partido son los que menos culpa tienen de las derrotas de tal o cual equipo; pero en verdad que las críticas hacia los “petudos” en las crónicas beisboleras de absolutamente todas las plazas de Liga Mexicana, han sido recurrentes y esta es una situación para alarmar a la plana mayor del circuito y para ponerlos a trabajar en serio, a profesionalizar un oficio a veces tan complicado como el ser juez de un partido del “rey de los deportes”. En lo que sí tuvo suerte el cuadro naranja fue en que no le hicieran a ellos una carrera antes de la suspensión del encuentro del lunes, sobre todo por aquel adagio que reza que “carreras que no hagas, te las van a hacer a ti”. Hoy no es hora de rendirse y arrojar el bat, sino de dejarse crecer la barba y creer en una racha que pueda dar satisfacciones a los aficionados naranjas.